Había una vez un hada muy hermosa que
vivía en un bosque. Ella siempre soñaba con tener una compañía que estuviera
siempre a su lado, ya que se sentía muy sola porque no tenía familia ni amigos.
Un día, ella salió de compras e ingresó
a una tienda donde encontró un llamativo espejo. Éste era tan hermoso y
brillante que llamó mucho su atención. Ella decidió comprarlo, sin imaginar que
el espejo era mágico.
Al llegar a casa, la hermosa hada
seleccionó el mejor lugar para instalar su espejo: su habitación. Allí se veía
maravilloso y no dejaba de brillar. Ella no paraba de mirarse y hablar con su
espejo, preguntando si era la más hermosa de la comarca.
Al pasar los días, su espejo empezó a
hablarle y ella estaba muy emocionada. Cada vez que se miraba, él le decía lo
bella que era.
Lo que no sabía es que en el espejo
había un hechizo. Un príncipe estaba dentro de él por causa de una malvada
bruja. Pero el beso del verdadero amor haría que aquel hechizo se rompa.
El hada besó su espejo y al abrir los
ojos vio a su bello príncipe. Ellos tuvieron un hermoso romance y vivieron
felices por siempre.
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